Creo que compartimos el espíritu de no ser sordos a las críticas y la discusión, pero con una fuerte convicción de que se trata de un proyecto revolucionario para la educación y que, con todas las dificultades que tiene por delante, cambiará positivamente las nuevas generaciones.
Copio a continuación la frase final del artículo.
Sinceramente, en una era con el grado de tecnologización que caracteriza a la nuestra, cuando los nativos digitales les sacan cuerpos de ventaja a los adultos en la reinvención y reapropiación de la tecnología, y donde dispositivos como la OLPC por fin vienen a tender puentes entre generaciones y entre competencias desiguales y asimétricamente distribuidas, la terapia de shock tiene quien la implemente y un buen planteo de recepción/reinvención tecnológica tiene una oportunidad como nunca antes sobre la Tierra.
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